Las elecciones se llevan a cabo en varios frentes. Pero uno de los más importantes, y en el que Alberto Núñez Viejo apuesta gran parte de su éxito, es el traspaso de votos del Partido Socialista de los Trabajadores al Partido Popular. El líder popular aspira a un fenómeno como Andalucía, donde fue enorme y dio…
Suscríbete para seguir leyendo
Leer sin limites
Las elecciones se llevan a cabo en varios frentes. Pero uno de los más importantes, y en el que Alberto Núñez Viejo apuesta gran parte de su éxito, es el traspaso de votos del Partido Socialista de los Trabajadores al Partido Popular. El líder popular aspira a un fenómeno como Andalucía, donde fue enorme y le dio a Juan Manuel Moreno Bonilla una inesperada mayoría absoluta. Mientras tanto, los socialistas intentan a toda costa frenar esta sangría – 9,2% según la última encuesta de 40dB. Publicado por EL PAÍS y Cadena SER- y creen que lo están consiguiendo estos días, sobre todo gracias a la Carta de la Comunitat Valenciana, con una coalición PP-Vox con tonos muy duros y un acuerdo de gobierno que no habla de género sino de violencia dentro de la familia, Además de presentar los perfiles más extremos de los dirigentes de Vox, como el que será vicepresidente, el torero retirado Vicente Barrera, que en 2021 hizo una consulta en redes sociales para ver si contactaba con su caballo feriadoY EscipiónY líder (por Franco) S ducey (por Mussolini).
Para profundizar en la transición PSOE-PP durante la campaña, Feijóo necesita a toda costa borrar la posibilidad de una alianza PP-Vox en La Moncloa con Santiago Abascal como vicepresidente. El entorno de Feijóo lleva semanas difundiendo en todos los foros posibles, en público y en privado, que esa opción no es posible. Que el Partido Popular gobernará solo y no habrá alianza con Vox, sino apoyo desde el exterior. Que el modelo no será Valencia sino Baleares. Extremadura no merece un ejemplo porque en esta comunidad autónoma el Partido Popular no es el primer partido, y este escenario no lo han contemplado los famosos y no lo presenta ninguna encuesta, salvo el desacreditado CIS.
El miércoles, sin embargo, Feijóo planteó en sus declaraciones que la alianza en la región valenciana se justifica, entre otras cosas, por el reparto de los porcentajes que allí se introdujeron. A la hora de explicar por qué no dan por sentado que Vox entre en el gobierno de Extremadura sino que sí en la Comunidad Valenciana, el líder del Partido Popular señala que en la primera Vox obtuvo el 8% de los votos y en la segunda el 12%. El problema dialéctico, y el peligro de apoyar la decisión de Valencia, avalada por Feijóo, es que las encuestas pintan las elecciones del 23 de julio más como la sociedad valenciana que como la balear -todo indica que el PP gobernará solo con el apoyo de Vox porque suma más que todos los demás Juntos, por tanto, vale con el estribillo ultraderechista -o extremeño-. De hecho, son casi idénticos en algunos porcentajes.
El 28 de mayo, el Partido Popular obtuvo el 34,72% de los votos en esta comunidad. La encuesta publicada esta semana por EL PAÍS y SER prevé un 33,1% en toda España el J-23. Lo último de otros medios lo sitúa en torno a un 34% absorbido en la comunidad valenciana de todo el país. La puntuación más alta de este juego, de GAD3, la sitúa en un 36%.
El PSOE tiene una puntuación del 27,83% del 28-M en esta comunidad, y la encuesta de EL PAÍS la sitúa exactamente en el 27,4%, muy similar a la puntuación de Valencia. Otras encuestas le dan algo menos que esta cifra, pero la mayoría, incluido el GAD3, se acercan al porcentaje de Valencia.
Lo que más afecta es lo que sucede más cerca. Para no perderte nada, suscríbete.
Participar
Cuando llegamos a la pugna por el tercer y cuarto puesto, la cosa da un vuelco entre la sociedad valenciana y lo que auguran las encuestas para las generales, pero las diferencias tampoco son tan malas. Sobre todo, ninguna encuesta le da a Vox menos del 12%, la cifra de Valencia que usó Feijóo para explicar por qué hay una alianza en esta comunidad y no en Extremadura.
El 28 de mayo, Compromís, que está dentro de Somar y podría ser un equivalente autonómico, tenía un 14,04% en la Comunidad Valenciana, ocupando el tercer lugar, mientras que la encuesta EL PAÍS de toda España situaba a Somar en cuarto lugar con un 13,1%, no muy lejos. Figura si.
Vox tiene un 12,18% en esta comunidad el 28-M mientras que una encuesta del grupo PRISA pronosticaba un 13,8% en toda España. GAD3, que predice el peor porcentaje, le da un 12,4%. Es decir, desde el punto de vista de los porcentajes, las encuestas auguran un resultado similar al de Valencia, lo que haría muy difícil que Vigo argumentara en contra de la coalición, al menos si se utilizara un reparto de fuerzas.
En diputados, las cosas no son muy diferentes. La distribución en la Comunidad Valenciana entre PP y Vox es de tres a uno, similar a la que proyectaban las encuestas para el marcador nacional y la que ahora existe entre PSOE y Unidas Podemos. Por eso Vox apuesta tácitamente por otra métrica: si el PP necesita tu voto afirmativo para el cargo, quiere entrar en el poder ejecutivo. Pero la gente rechaza este planteamiento en Extremadura.
Sin embargo, Feijóo y su equipo están firmemente convencidos de que si logran un resultado contundente, a partir de 145 o 150 escaños, que prácticamente elimina la posibilidad de un gobierno alternativo, podrán obligar a Vox a aceptar apoyar al ejecutivo sin entrar en ello. . Con la amenaza de la reelección, como está ocurriendo en Extremadura. El PP también cree que Vox perderá fuerza y robará muchos votos de aquí a la J-23. Los socialistas, por el contrario, están convencidos de que sus perspectivas mejorarán a medida que avance la campaña y los progresistas ven claro que si no votan tendrán coalición PP-Vox en La Moncloa. Nadie puede predecir con certeza qué pasará el 23-J, las incógnitas son muchas y la campaña podría cambiar profundamente el desenlace, pero el punto de partida es claro, según las encuestas, y se parece más a la sociedad valenciana que a ninguna otra. otra comunidad autónoma.