Centro de diálisis con más de 4.000 visitantes al año muestra el potencial del turismo de salud en Canarias

El turismo de sol y playa que mueve la economía de Canarias se inició en los balnearios. Desde finales del siglo XIX, visitantes de diferentes puntos de Europa han acudido a las islas, impulsados ​​por su clima templado y sus cálidas aguas, especialmente las subterráneas que brotan de las cabeceras, manantiales o manantiales, a las que atribuyen propiedades curativas. Los enfermos de pulmones, reumatismo o piel, por ejemplo, se entregan al balneario (Gran Canaria) creyendo en sus propiedades curativas. Con el paso de los años el reclamo saludable fue siendo sustituido por el hedonismo como principal atractivo aprovechando las suaves temperaturas del archipiélago y en los años 60 el turismo de masas basado en el sol y la playa cambió por completo las islas, convirtiéndose en el activo dominante.

El turismo de salud en el archipiélago ha quedado hoy relegado a centros spa y bienestar Y asegurando la capacidad de brindar servicios de salud en caso de que los turistas necesiten atención médica. Canarias aún no ha despegado como un destino que refleje la concordancia de factores con un mismo producto, es decir, ser el destino ideal para personas que necesitan un tratamiento que requiera residencia, como Turquía con trasplante capilar. El debate secular sobre revisar o repensar el turismo reabierto por la pandemia encuentra en la salud un camino que puede complementar un modelo que ha persistido durante décadas.

Así lo afirman los propietarios del Club Vacacional de Diálisis, un centro ubicado en la zona turística del sur de Gran Canaria que atiende a “turistas enfermos” renales crónicos de fuera de España, con unas instalaciones habilitadas para atender a 4.000 personas al año. generalmente acompañados de sus familias, lo han vivido, elevando la cifra a unas 10.000 personas. Según sus cálculos, la estancia media supera las dos semanas y, en total, supone unas 150.000 pernoctaciones si el centro alcanza su capacidad máxima. Con 14 millones de turistas anuales, son números bajos, pero con potencial de crecimiento. Sin embargo, no ha logrado ganar reconocimiento como actividad turística complementaria. El Gobierno de Canarias rechazó su reiterada petición por considerarla no recogida en la ley de regulación del turismo.

En concreto, el Ministerio de Turismo reconoce que la actividad es, a priori, saludable y no está incluida en los artículos de la norma que definen servicios que pueden ser considerados turísticos: desde empresas de alojamiento hasta restaurantes, discotecas, agencias de viajes y viajes, agua parques, zoos, balnearios, piscinas, empresas de alquiler de coches, etc. Es decir, el gobierno de Canarias no reconoce en su normativa el turismo de salud y la empresa pública Promotor tampoco dispone de una línea que apoye la actividad, entendida como un servicio para las personas que quieren recibir algún tipo de tratamiento médico o asistencial, desde cirugías hasta rehabilitación, y compaginarlo con el alojamiento.

¿Por qué el centro que ofrece diálisis quiere reconocimiento turístico? Uno de los motivos es la solicitud de ayuda europea para la instalación de paneles solares, a la que no se permite acceder a pesar de existir todos los documentos y requisitos necesarios, a excepción de justificar la existencia de la condición de actividad turística complementaria. Además, también espera que el turismo de salud se incluya en la labor de promoción del Gobierno regional.

Pero además de este impulso, el desarrollo del turismo de salud junto con los tratamientos de spa y talasoterapia “tiene una importancia estratégica”, según Matias González, profesor titular de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria (ULPGC), donde también ejerce como director asociado de la Cátedra UNESCO de Turismo y desarrollo económico sostenible. En esta línea, apostar por esta actividad contribuye, según González, a mejorar la competitividad del turismo como destino, incrementando el gasto de los visitantes y, al mismo tiempo, creando valor y empleo cualificado, siempre como elementos añadidos a los principales activos de la Playa de Sol y.

Por ejemplo, Matthias afirma que en el contexto del cambio climático, como “se agudizarán ciertos factores que afectan la salud de las personas, con incrementos en los episodios y la duración del polvo en suspensión, que para personas con afecciones pulmonares o cardíacas y respiratorias, es enorme”. Canarias puede “mejorar todas sus capacidades para hacer frente a estos fenómenos, como los golpes de calor o todo lo relacionado con las crisis pulmonares que se pueden producir en casos de mal tiempo”.

El presidente de la Federación de Pioneros de la Hostelería y el Turismo (FEHT), José María Manaricha, explica que Gran Canaria lleva años intentando “convertirse en un referente en determinadas enfermedades o especialidades” para los pacientes de Marruecos, Mauritania o Senegal que, cuando necesitan viajar para recibir atención médica, normalmente lo hacen en Francia. “Por nuestro clima único, la presencia de alojamientos de primer nivel en diferentes formas según el poder adquisitivo o las necesidades, por seguridad, por salud, Canarias puede aportar mucho en este sentido, es un complemento más al sol. y el turismo de playa y tenemos que estar convencidos de que puede ser una vía importante, agrega Manyaricha.

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