Una explosión en el 277 de la avenida Saint-Jacques, en el centro de la capital francesa, hirió al menos a 24 personas el miércoles por la tarde, cuatro de ellas de gravedad, según el prefecto de policía de París, Laurent Núñez. El concejal del distrito Edward Sevilla informó en Twitter que la causa probable fue una explosión de gas.
El humo se eleva entre los edificios antiguos del quinto distrito de París, con olor a quemado, sirenas y ambulancias que piden paso y vecinos que se dan la vuelta. “Pensé que era un ataque”, dice Nadya, una ingeniera informática de 34 años que trabaja de forma remota desde su casa cuando sonó un choque y las ventanas se sacudieron. Decidí irme a pasar la noche a casa de un amigo, lejos de aquí. “Me voy, tengo miedo de quedarme aquí”, explica.
La explosión derrumbó la fachada de la Academia Estadounidense de París, una escuela privada de moda y diseño, y provocó un incendio que ya estaba bajo control, informó Núñez, mientras huía al lugar con la alcaldesa de París, Anne. Hidalgo. Las autoridades evacuaron dos edificios adyacentes y crearon un amplio perímetro que cubría varias cuadras para permitir las labores de rescate.
La búsqueda de posibles víctimas entre los escombros continuó dos horas después de los hechos. Los servicios de emergencia buscaban a dos personas a última hora de la tarde, informó la fiscalía de París, que ha abierto una investigación por lesiones involuntarias e incumplimiento del deber de precaución, informó el diario. el mundo. Se han movilizado unos 230 bomberos.
Eran alrededor de las 16:40 horas cuando los vecinos de la calle Saint-Jacques escucharon una explosión, que algunos testimonios compararon con una “bomba” y otros con un “terremoto”. Las paredes temblaron y algunas ventanas se rompieron. Dos mujeres que vivían a unos cientos de metros explicaron que las puertas se abrieron solas: pensaron que era por el viento, pero no había tiempo. Que era una maravilla.
Nadia, la científica informática que vive al lado de la escena, estaba respondiendo un correo electrónico en ese momento y estaba hablando por teléfono con un compañero de trabajo. Miró por la ventana y vio el fuego. Imágenes de televisión, algunas grabadas por vecinos con sus teléfonos, mostraban los escombros de un edificio calcinado.
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“Tenía miedo, y todavía tengo miedo”, dice. Metió sus cosas en una bolsa y se fue. Explicó que al estar el edificio cerca de instalaciones militares, pensó que podría ser un ataque terrorista y que podría haber otras explosiones. Prefiero irme del barrio.
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