Con el borrado del proyecto Expo 2027, que finalmente terminó en Belgrado, la capital de Serbia, en una votación final con Málaga que terminó con una diferencia de 11 votos, queda por ver qué pasará a partir de ahora con la Tierra. A urbanizar, una extensión de 51,2 hectáreas en el distrito de Buenavista, entre la carretera del Guadalhorce y la antigua carretera de Cártama, al oeste del terreno sobre el que se prevé un proyecto de viviendas de 1250 viviendas en el espacio que ocupaba la planta de amoníaco.
El terreno reservado para la feria es propiedad de la Entidad Comercial de Tierras Públicas (SEPES). En diciembre del año pasado, la ministra de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, Raquel Sánchez, firmó un protocolo de intenciones con el alcalde, Francisco de la Torre, para ceder este espacio y ubicar el coliseo destinado a albergar aquí los pabellones, en el evento que Málaga es la elegida. Ahora que no es así, el Gobierno central conserva la plena propiedad de estos terrenos, que inicialmente estaban reservados en el actual Plan General de Ordenación Urbana para desarrollar una ampliación hasta el cercano intercambiador de mercancías, junto al distrito comercial.
Sin embargo, en un foro organizado por SUR el pasado mes de marzo se planteó como “Plan B” la posibilidad de desarrollar un parque empresarial para nómadas digitales en caso de que Málaga no resulte elegida. “Si no lo conseguimos, preservaremos la urbanización del solar previsto para la muestra en Campanellas con parte de sus usos: educación, innovación y emprendimiento”, dijo el alcalde en su discurso de investidura el pasado sábado. En cualquier caso, esta posibilidad dependerá del acuerdo al que lleguen las administraciones estatal y local.
Sin embargo, lo que parece estar por concretar es el proyecto de 1.362 viviendas de alquiler que apoya la Entidad Comercializadora de Suelos Públicos (SEPES) en terrenos colindantes que suman 27,24 hectáreas, pese a su intención de ceder su construcción a empresas privadas. Este proyecto de vivienda pública es anterior a la exposición, habiendo sido planificado durante unos 15 años. El gobierno compró ese terreno al ayuntamiento en 2000 y aún no ha podido promover estas 1.300 casas públicas, a la espera de la redacción del contrato para urbanizar el terreno.