Feijóo justifica la estrategia en Extremadura con Vox porque la ultraderecha obtuvo menos votos que la comunidad valenciana | Elecciones generales 23 a | España

Para Alberto Núñez Viejo, los acuerdos con Vox son una cuestión de proporción, no de principio. Esa fue la hipótesis defendida este miércoles por el líder del Partido Popular para justificar las diversas soluciones encontradas por el Partido Popular en Extremadura y la Comunidad Valenciana para romper radicalmente con la superestructura, por un lado, o negociar, por otro. , los distintos cargos relevantes en el Parlamento y la Generalitat Valenciana . Figo, que ha sido acosado por la extrema derecha y la izquierda por su indefinición de cara a una salida global sobre estos pactos, ha explicado que “los resultados son diferentes” en cada caso y ha asegurado que la exigencia de Vox de que el Gobierno entre Extremadura con los ayuntamientos es “desproporcionada” porque allí sacaron un 8% Sólo de votos, su peor cifra en las elecciones autonómicas es de 28 millones, mientras que en la Comunidad Valenciana la formación de radicales subió al 12%. Feijóo no dio ninguna razón política o ideológica como criterio de su relación con la regla o el veto de Vox.

El líder de Vox, Santiago Abascal, interpretó el respaldo de Figo a su candidata en Extremadura, María Guardiola, como una voluntad de sacrificar su alternativa común a favor de lo que calificó como “el socialismo azul del Partido Popular”.

En esta versión pragmática de Feijóo “acertaron, tanto en Valencia como en Extremadura”. Se basó en que “los resultados son muy diferentes” y que los principios en esos casos son que en Extremadura Fox obtuvo sólo el 8% de los votos y cinco escaños y en la Comunidad Valenciana obtuvo el 12%. Feijóo no dijo nada sobre esta polémica en su primera presentación de los Diez Mandamientos del gobierno a una serie de expertos que había reunido para una de las obras de la Fundación Reformismo 21 en la Torre de Cristal de Madrid. Intentó aclarar su posición después, ante los periodistas, pero en ningún momento explicó los motivos políticos de fondo ni sus diferencias de opinión con Vox ante las políticas de violencia sexual, inmigración o LGTBI. En líneas generales ha incluido la lucha contra la violencia sexual entre las prioridades de su actuación, porque, como ha refrendado en otras intervenciones de esta semana, parece claro que no hace falta firmar ningún documento.

El presidente nacional del Partido Popular ha mencionado en varias ocasiones la palabra “desproporcionado” que pone fin al acuerdo con Vox, pero no ha precisado en qué punto debe situarse esta barra entre el extremo 8% de los votos extremeños y el 12% de la población de Valencia. . Tampoco se refirió directamente a la actuación de María Guardiola este martes, cuando anunció la secesión de Extremadura con Vox antes de notificárselo, ni a sus reiteradas declaraciones públicas en las que aseguró que nunca permitiría la entrada de una formación en un Gobierno encabezado por su. Más que ante ella que niega la violencia sexual, ataca a los inmigrantes, o desprecia las políticas LGTBI y que en muchos aspectos ha dejado políticamente impotentes a los compañeros del PP, en otras regiones ha coincidido gobiernos y posiciones con el partido de Abascal, como en la Comunidad Valenciana con Carlos Mazón, y en Baleares con Marga Prohens.

Lo que hizo Feijóo fue acusar al responsable enviado por Abascal para tomar el último pulso a la negociación mantenida en Extremadura entre PP y Vox que se vino abajo en la noche del lunes cuando el partido radical rechazó categóricamente la presidencia de la Asamblea y el regalo del senador independiente en representación. la región. Así acusó al líder del Partido Popular, Jorge Boxade, de hacer saltar por los aires el acuerdo: “No estoy de acuerdo con que los mandatarios nacionales implementen o cambien las conversaciones preliminares. Es bueno que los acuerdos se cierren entre los representantes de las comunidades”. y no que intervengan los líderes nacionales.” Esta posición no fue bien entendida ni compartida por varios líderes del PP que se quedaron sin coordinación nacional en este caso.

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Bouxade acudió este martes a Mérida para supervisar las negociaciones enviadas por Abascal. “Exigimos el respeto de nuestros electores para formar parte del Gobierno para comprobar y garantizar el cumplimiento de nuestros acuerdos. El PP lo entendió en Valencia, Baleares, Burgos, Toledo y Ciudad Real. Aquí el PP debe entenderlo porque, en Además, no es la lista más votada”, fue la amenaza lanzada por la vicepresidenta de Vox. Abascal, este miércoles en Canal Sur, reafirmó estas posiciones y volvió a advertir al Partido Popular: “Hay quien no las entiende, hay quien cree que puede insultar a Vox, que piensa que Vox no puede participar en los debates nacionales y también Decir que Vox está obligado a darles votos solo porque es por su cara bonita. Pues resulta que no, no lo es, es injusto y nos parece el colmo”. Abascal señaló la mentira de Guadiola contra Vox por demonizarlos y cambiar el Partido Socialista Obrero por “el Socialismo Azul del Partido Obrero”.

Guardiola, al hablar este martes tras el veto de Vox a Feijóo, se sintió validado en su estrategia y siguió haciendo fuertes declaraciones contra la imposibilidad de gobernar con una formación que hace casi imposible un escenario de corrección y reversión, a pesar de las fuentes oficiales de ambos partidos. . Se informa que hay mano tendida y voluntad de retomar las negociaciones.

Reunión Fundación Reformsmo 2
Reunión de la Fundación Reformismo21.Gustavo Valente (Europa Press)

En Extremadura y la Comunidad Valenciana, el Partido Popular necesitaba el voto de Vox para poder investir a sus candidatos a presidentes autonómicos. Pero en Baleares, Aragón y Murcia sólo requiere su abstención. Las conversaciones están rotas en Murcia, donde los ultras se quedan fuera de la mesa de asamblea, mientras que el camino es a priori más suave en Aragón y Baleares. En cuanto a la proporción de fuerzas que insinúa Feijóo, en Extremadura Vox obtuvo el 8,12% de los votos y 5 diputados; en la Comunidad Valenciana, el 12,18% y 13 escaños; en Murcia el 17,72% y 9 escaños; En Baleares el 13,9% y 8 escaños, y en Aragón el 11,25% y 7 diputados.

Existe la amenaza de una repetición de las elecciones. En Vox lo ven como último recurso. Más allá en el PP: “Si quieren elecciones en Extremadura y Murcia, allá vamos”, dicen fuentes del Comando Popular, que aseguran haber dado libertad a los caciques de sus tierras para dirigir sus estrategias, pero “acompañados de los genoveses”. “.

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